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      HOTEL PARAISO EN CABO DE GATA

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      Es todo un placer poder construir en el parque natural de Cabo de Gata, pero si además el proyecto consiste en la rehabilitación de unas antiguas ruinas y su transformación en hotel se puede considerar el proyecto todo un regalo. Este es el caso del Hotel el Paraíso, ubicado cerca de Los Escullos en plano parque de Cabo de Gata, Almería.

      El proyecto procura líneas sencillas y fácilmente reconocibles en el paisaje a través de materiales vernáculos como la piedra o las paredes encaladas. La reconstrucción de los espacios primigenios fue fundamental para dar una visión de conjunto, recuperando así elementos del siglo pasado como una era que se transforma en elemento central del proyecto de arquitectura y paisajismo.

       

       

      Se planteo un proyecto donde el espacio exterior central aterrazado fuera el protagonista. Para ello, se generaron en distintos niveles adaptados al terreno y todos las piezas arquitectónicas giraban respecto a él. Para que este espacio fuera participe real de los volúmenes, se plantearon recorridos exteriores perimetrales que mostraban siempre la zona central del hotel. Debido al buen clima y la estacionalidad, no fue difícil generar este tipo de arquitectura bioclimática donde los recorridos eran siempre exteriores.

      Se incorporaron nuevos elementos de poca envergadura como pérgolas de madera diáfanas y espacios exteriores extensivos mezclados con la vegetación natural del parque. Se pretendía generar el menor impacto visual y estético posible por lo que se opto por un solo nivel de altura y unos colores blanco cal imitando la arquitectura tipo de los pueblos cercanos. Se recupero piedra de las antiguas ruinas y se generaron zócalos y jardineras para dar una textura diferente al encalado pero que no supusiera la implementación de nuevos materiales ajenos al parque natural de Cabo de Gata.

      Los interiores se hicieron evitando en todo momento ornamentos innecesarios y mostrando una arquitectura de interior minimalista que consigue destacar el color del mobiliario y la vegetación que se coloque a su alrededor. Se usaron muebles y complementos basados en la madera, las telas sin estampados y materiales naturales para no romper con la estética general que reinaba en el hotel.

      Donde más destaca el proyecto es en el uso de los detalles, se recuperan arquitecturas de principios de siglo XX donde las piezas cerámicas a modo de peto, los remates de albardilla y las jardineras toman el protagonismo retomando estéticas pasadas y nuevamente implementadas.

      Un hotel donde el concepto “menos es más” se hace patente a través de la belleza y la sencillez de lo tradicional.